Lo
que comenzó como un procedimiento rutinario de tránsito terminó en un hecho de
intolerancia y violencia contra una funcionaria pública en el municipio de
Palestina. El pasado 8 de septiembre, en el parque principal, la agente de
tránsito fue agredida mientras adelantaba un comparendo por mal
estacionamiento. En exclusiva, la funcionaria narró lo ocurrido y reflexionó
sobre las actitudes de irrespeto que —según ella— se han normalizado en la
comunidad.
El
procedimiento que terminó en agresión
La
agente relató que hacia las 5:42 de la tarde observó un vehículo parqueado
encima de un andén en la carrera 9 con novena esquina. Tras varios intentos por
ubicar al conductor, inició el comparendo digital correspondiente. Minutos
después aparecieron el propietario del vehículo y un supuesto conductor,
quienes comenzaron a discutir la imposición de la sanción.
“Yo
les expliqué que no podía echarme para atrás porque ya había iniciado la orden
en el sistema. Si no estaban de acuerdo, podían pedir una audiencia para
controvertir la sanción. Pero insistían en que no se debía hacer”, explicó.
El
ambiente se tornó tenso hasta que un tercero intervino de un momento a otro,
pidiéndoles que le prestaran dinero —según se escucha en el video—, el
conductor le entregó un billete. Acto seguido, el hombre, sin medir palabras ni
consecuencias, le lanzó un puño en el lado izquierdo de la cabeza y la tiró al
piso. El conductor del vehículo rechazó
de inmediato el comportamiento, pero el agresor huyó del sitio. La agente fue
trasladada al hospital, donde se le diagnosticó inflamación en la cabeza.
La
funcionaria denunció además que, pese a pedir apoyo en cuatro ocasiones por el
radio institucional, la Policía nunca respondió.
“En
Palestina algunos creen que pueden hacer lo que quieran”
Más allá del golpe físico, la agente enfatizó que lo más preocupante es la actitud de la comunidad frente a la autoridad. “Yo creo que lo que pasa es que la gente, no solo de Palestina, también en los corregimientos, actúa como si tuviera el poder de hacer lo que quiera. Son pueblos pequeños donde se piensa que la ley no aplica igual”, aseguró.
Explicó
que muchos ciudadanos reinciden en infracciones como circular sin casco, sin
documentos o con motos sin SOAT ni tecnomecánica, incluso después de recibir
advertencias. “Lo más triste es que, cuando uno cumple con el procedimiento,
son los primeros en atacarnos o en escribir comentarios en redes para que la
comunidad se nos venga encima”.
También señaló la dificultad de ejercer autoridad siendo mujer: “A muchos hombres les duele que una mujer los ponga y les exija respeto. Pero yo cumplo con mi deber, siempre saludo, explico el proceso y les recuerdo que tienen derecho a audiencia”.
Un
llamado a la cultura ciudadana
La agente hizo un fuerte llamado a la reflexión en un municipio que sueña con proyectos de gran impacto como el Aeropuerto del Café: “Si queremos recibir visitantes de otras regiones, debemos dar ejemplo de cultura y respeto a la autoridad. No podemos proyectar la imagen de un pueblo donde reina la intolerancia”.
El
hecho ha generado debate sobre la seguridad de los funcionarios de tránsito y
la necesidad de fortalecer la cultura ciudadana. Mientras avanzan las
investigaciones, la funcionaria insiste en que el camino es claro: convivencia,
respeto y educación vial como bases para construir una comunidad organizada y
segura.

