Por: Sergio López Arias - Personero Municipal
El ejercicio
de las acciones populares como garantía de protección de los derechos
colectivos se ha consolidado como una herramienta eficaz para resolver
múltiples necesidades básicas insatisfechas en los territorios. Son problemas
que, por la vía administrativa o política de los mandatarios locales, casi
siempre reciben la misma respuesta: “no existe presupuesto en el momento”.
Con las
acciones populares, el panorama es distinto. Las órdenes de los jueces deben
cumplirse, y la falta de recursos no puede ser una excusa válida para la
administración. Ninguna autoridad, en particular la Rama Ejecutiva en sus
diferentes niveles, puede supeditar la construcción de obras públicas o la
prestación de servicios derivados de una sentencia judicial al argumento de
ausencia presupuestal. Las decisiones judiciales se deben acatar, y el cómo
no debe convertirse en impedimento para el juez ni en limitación para la
justicia.
En el caso
de Chinchiná, este mecanismo constitucional ya ha mostrado resultados
significativos. Gracias a una acción popular, se logró el mantenimiento y
pavimentación de la vía departamental Chinchiná – Río San Francisco – Marsella,
lo que permitió, mediante la verificación judicial del cumplimiento de la
sentencia, intervenir puntos críticos como el sector de Curazao y La Francia,
este último con una asignación cercana a los 1.500 millones de pesos por parte
de la Gobernación. De igual manera, la acción popular que en 2019 ordenó
garantizar agua potable en las veredas del municipio es un claro ejemplo de
cómo se pueden planear y materializar soluciones estructurales a través de este
instrumento.
Hoy, una
nueva necesidad reclama el mismo camino. Se trata del riesgo que enfrentan los
transeúntes en la avenida San Juan Pablo II, en el tramo que conecta el
barrio La Ceiba con el malecón Cameguadua. Actualmente, los ciudadanos deben
llegar hasta el puente contiguo al lote de la Policía y caminar sobre la berma
de la vía hasta el inicio de ese mismo lote, exponiéndose al tráfico vehicular.
Niños y jóvenes que utilizan este corredor para actividades recreativas y
deportivas son quienes más sufren esta peligrosa situación.
El propósito
de la acción popular que se propone es sencillo pero de gran impacto: la
construcción de un andén continuo desde el proyecto del malecón
Cameguadua, que conecte sin interrupciones el barrio La Ceiba y se extienda por
toda la avenida hasta llegar al barrio Nepal. Una obra pequeña en términos de
inversión, pero de enormes dimensiones para la seguridad, el deporte y el
turismo de nuestro municipio.
En los
próximos días estaremos comunicando el inicio de este proceso. Por ahora,
dejamos a la imaginación la imagen de un andén que nos conecte y fortalezca
este gran corredor turístico y deportivo.
