La senadora y precandidata presidencial María Fernanda Cabal lanzó una dura ofensiva contra el presidente Gustavo Petro, al asegurar que el mandatario habría convertido a Colombia en un “narcoestado” y responsabilizarlo por el aumento de la producción de coca, la violencia territorial y el aislamiento diplomático del país. Las declaraciones, publicadas por la congresista en su cuenta de X, reavivaron el debate político y encendieron las redes.
Cabal afirmó que la ruptura con Estados Unidos y el acercamiento a regímenes como el de Venezuela han debilitado la economía, la seguridad y la posición internacional de Colombia. En su mensaje advirtió que el rompimiento con Washington “debilita al sector privado, a los gobiernos regionales y al acceso de Colombia a los mercados financieros”.
La senadora fue más allá y señaló que el Gobierno habría permitido el fortalecimiento de estructuras vinculadas al narcotráfico durante sus tres años de mandato, generando más violencia y pérdida de control territorial. Cabal también responsabilizó a sectores políticos afines al Ejecutivo de beneficiarse de esa situación, y aseguró que Petro “se representa a sí mismo y a los intereses de quienes se han lucrado del narcotráfico”.
En ese mismo hilo de denuncias, Cabal vinculó el comportamiento internacional del Gobierno con riesgos regionales, al afirmar que el acercamiento a Venezuela y a gobiernos “autoritarios” supone una amenaza para la estabilidad democrática del continente. Para la senadora, abrir esas alianzas significa además cerrar puertas para la inversión y la cooperación que benefician a productores rurales y empresarios.
La precandidata del Centro Democrático también expresó su preocupación por la posibilidad de “rupturas institucionales” que, según ella, podrían ser utilizadas para justificar la postergación o la impugnación de procesos electorales. En ese sentido hizo un llamado a la unidad de quienes “creen en la Constitución del 91, la legalidad y las instituciones republicanas” para defender las elecciones de 2026 y la vida democrática del país.
Las afirmaciones de Cabal no quedaron aisladas: rechazó las defensas públicas de líderes como el expresidente Rafael Correa y relacionó esos respaldos con una supuesta red de complicidades entre dirigentes populistas de la región. Asimismo, anunció que la oposición irá a las elecciones de 2026 con la premisa de “recuperar la seguridad, la economía y la autoridad”.
Desde el escenario político, las declaraciones ya abrieron reacciones: en los próximos días se espera que el Gobierno, sectores de oposición y analistas evalúen tanto las cifras sobre cultivos y seguridad como las posibles implicaciones diplomáticas de la retórica. Cabal, por su parte, refuerza su perfil de confrontación con el Ejecutivo y busca consolidar un mensaje de unidad opositora frente al que considera un “proyecto autoritario”.
¿Qué sigue? Las acusaciones elevadas por Cabal ponen de nuevo en la agenda nacional dos temas sensibles: el manejo de la política antidrogas y las relaciones internacionales del país. Su impacto político dependerá de las pruebas y del debate público que se genere alrededor de datos oficiales sobre cultivos, crimen organizado y decisiones de política exterior; mientras tanto, la campaña y la polarización prometen intensificarse en los próximos meses.

