Caldas no deja de dar sorpresas. Desde círculos muy cercanos a las conversaciones programáticas del Nuevo Liberalismo se filtró que la lista a Cámara de Representantes habría tenido una modificación de última hora, nada más y nada menos por la expectativa sobre la decisión del concejal y presidente del Concejo de Chinchiná, Jonathan Marín Henao, quien, según cuentan los pasillos políticos, tuvo su nombre sobre la mesa hasta el último minuto.
Fuentes sostienen que la primera inscripción —que estaba prevista para el jueves— fue frenada por la alta probabilidad de que Marín entrara como ficha fuerte.
“Todos estaban con el lápiz en la mano esperando si Jonathan decía sí”, aseguró una fuente que pidió reserva.
Sin embargo, lo que parecía un giro hacia el Congreso terminó derivando en algo aún más estratégico: según acuerdos programáticos, Marín no será candidato a Cámara, pero Chinchiná se queda con el renglón principal para la Asamblea de Caldas y desde ya se habría pactado impulsar una candidatura a la Alcaldía de Chinchiná por el Nuevo Liberalismo.
Lo que muchos interpretaron como una renuncia, sería en realidad un reacomodamiento de fichas a futuro, que pone al municipio cafetero en el centro del tablero.
Los habitantes de Chinchiná —dicen analistas políticos— se quedaron con el sinsabor de una posible representación en la Cámara, pero lo que estaría cocinándose sería una apuesta mayor: Asamblea con sello propio y un proyecto serio hacia la Alcaldía con alianzas regionales ya en conversación.
Lo cierto es que, en Caldas, Chinchiná dejó de ser convidado de piedra y, queriéndolo o no, el nombre de Marín volvió a encender el tablero político.
