“Si es la voluntad de Dios, seré la primera mujer
presidente de Colombia”, expresó Cabal, quien subrayó que su candidatura no es
una ambición personal, sino un llamado para defender los valores que sostienen
una nación: autoridad, esfuerzo, seguridad y desarrollo.
En materia de seguridad, propuso una política de Estado
pactada con las Cortes y el Congreso, enfocada en erradicar con firmeza los
cultivos ilícitos, garantizar el desarrollo rural y fortalecer a las Fuerzas
Militares. “La paz se impone, no se negocia”, sentenció.
Sus propuestas sociales apuntan a empoderar a los
ciudadanos: acceso a crédito barato, eliminación del IVA para bienes de
producción de mipymes, y un plan nacional para reducir costos energéticos en
los hogares. También planteó transformar el enfoque asistencialista: “Donde hay
necesidad, hay manipulación. No más burocracia disfrazada de ayuda social”.
Cabal también lanzó duras críticas a la política
energética del gobierno actual, asegurando que la crisis ha sido inducida por
“el fanatismo ambiental radical” del presidente Petro. Su apuesta: reactivar el
sector minero-energético y garantizar la seguridad energética como pilar del
desarrollo económico.
En política exterior, dejó claro que Colombia debe
alinearse con democracias y no con dictaduras. Propuso abrir mercados para
productos colombianos y reducir el número de embajadas ineficientes,
reemplazándolas por oficinas comerciales que impulsen la agroexportación.
En salud, Cabal acusó al actual gobierno de desmantelar
un sistema que brindaba cobertura a más del 95% de los colombianos. Rechazó un
modelo politizado y burocrático, y defendió un sistema basado en eficiencia y
resultados.
Con un discurso coherente y directo, María Fernanda Cabal
se posiciona como una de las voces más firmes dentro del uribismo, proponiendo
un camino de reconstrucción nacional con liderazgo, sentido común y compromiso
real con la gente.