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Atentado contra Miguel Uribe Turbay une a Colombia en rechazo a la violencia política

 



Un profundo sentimiento de consternación recorre al país tras el atentado sicarial perpetrado este sábado contra el senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, del partido Centro Democrático, en el parque Modelia, localidad Fontibón, al occidente de Bogotá.


Uribe Turbay recibió dos disparos en la cabeza mientras participaba en un acto de campaña, fue atendido de urgencia en la Fundación Santa Fe y permanece en estado crítico, según confirmaron fuentes cercanas


Desde París, el presidente Gustavo Petro calificó el hecho como “un ataque no solo contra la integridad personal del senador, sino contra la democracia, la libertad de pensamiento y el ejercicio legítimo de la política en Colombia.” Canceló su agenda internacional y regresó al país


La canciller Laura Sarabia condenó el ataque: “La violencia nunca podrá ser el camino. Rechazo de forma contundente el atentado contra Miguel Uribe. Espero que se encuentre bien y fuera de peligro.”


El ministro del Interior, Armando Benedetti, envió su solidaridad, y el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, anunció una recompensa de hasta 3.000 millones de pesos por información que permita capturar a los responsables, al tiempo que se reportó la detención de un menor de 15 años vinculado al hecho


El expresidente y líder del partido Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, expresó su tristeza y clamó por la pronta recuperación del senador: “Atentaron contra una esperanza de la Patria... Pedimos a Dios por la recuperación de Miguel.”


La senadora y también precandidata María Fernanda Cabal responsabilizó al ambiente político: “Rechazamos este acto criminal. Es consecuencia del odio y estigmatización promovidos por el gobierno de Gustavo Petro.”


El ataque reaviva los temores por los asesinatos políticos de las décadas de los 80 y 90, al tratarse de un asesinato en plena tarima, un acto que rememora tragedias como las de Luis Carlos Galán.


El atentado contra Uribe Turbay ha provocado una respuesta inusitada de solidaridad y rechazo desde todos los rincones del espectro político, confirmando que la violencia no tiene cabida en la política colombiana. Ahora, el país espera un parte médico definitivo y la captura de los responsables para restablecer la tranquilidad democrática.

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